El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), a través de la Dirección Nacional de Cambio Climático (DNCC), participó como expositor en el Seminario internacional La gestión de riesgos asociada al cambio climático. La actividad tuvo lugar en el Salón del Carmelitas Center.
En la ocasión, el Ing. Ulises Lovera, Director Nacional de Cambio Climático, realizó la exposición Política Nacional de Cambio Climático y sus implicancias en la adaptación del sector agrícola-ganadero, como parte del panel Políticas nacionales relacionadas a la gestión de riesgos y al cambio climático.
En relación a la Política Nacional de Cambio Climático, mencionó que la misma tiene dos pilares principales, la mitigación y la adaptación. Haciendo referencia a la adaptación, subrayó que se cuenta con una Estrategia Nacional de Adaptación, un Plan Nacional de Adaptación y con guías locales y sectoriales. “Hoy contamos con cuatro gobiernos locales con planes de adaptación en las zonas más vulnerables del país en el Chaco paraguayo: Filadelfia, Mcal. Estigarribia, Loma Plata e Irala Fernández”, destacó.
Asimismo, refirió que se están impulsando acciones concretas como experiencias piloto que tienen el objetivo de ser replicadas en el territorio. Una de ellas es un proyecto ejecutado en la región del Chaco que busca reducir la vulnerabilidad y el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria generando acciones concretas a la adaptación. Otra acción concreta, que se está desarrollando en la región Oriental, apunta a fortalecer el rol de los consejos locales para apoyar la implementación de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDCs), el acceso al financiamiento climático y la elaboración de 12 planes locales de adaptación, construidos con todos los actores del territorio.
El evento, organizado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), tuvo como objetivos compartir experiencias nacionales e internacionales sobre políticas públicas, buenas prácticas agropecuarias y de gestión de riesgos, así como reflexionar sobre los cambios que requieren ser activados para avanzar progresivamente y de forma más acelerada hacia la adaptación y la mitigación.