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Comunidad en Sierra León cuenta con agua corriente después de 12 años por impulso del proyecto AbE Chaco

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En un emotivo acontecimiento, la remota comunidad de Sierra León, ubicada en el Departamento de Alto Paraguay, celebró un hito histórico tras recibir agua en sus hogares. Durante más de una década, los residentes habían enfrentado dificultades debido a la falta de acceso a agua corriente. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del proyecto Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE) Chaco, la comunidad ahora disfruta de este vital recurso.

Sierra León fue establecida en la década de los 80 como parte de un proyecto gubernamental para colonizar el norte chaqueño. Inicialmente, Sierra León atrajo a los colonos debido a la calidad de la tierra y la disponibilidad relativamente abundante de agua, lo que permitió cosechas exitosas y generó expectativas positivas. Sin embargo, el apoyo gubernamental fue disminuyendo con el tiempo y colonias vecinas se abandonaron y se convirtieron en tierras para ganado. A pesar de las dificultades en el acceso y la lejanía de aproximadamente 800 kilómetros de la capital, Asunción, los colonos mantuvieron su patriotismo, enfocándose en cultivar la tierra y construir un futuro mejor.

El presidente de la comisión vecinal, Jacinto Cabrera, expresó su agradecimiento al proyecto y a todos los involucrados: “Ahora que ya tenemos agua en las canillas de las casas, la gente está muy feliz, agradecemos a todos que se hayan acordado de la colonia”.

Sierra León ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de los años debido a la falta de acceso al agua. Nancy Noguera, secretaria de la comisión vecinal, compartió las dificultades que vivieron: “Antes era difícil, por ejemplo, mi cuñado mandaba a acarrear agua, pero le cobraban 100000 guaraníes el flete por 1000 litros, nos costaba muy caro. Era difícil la situación con nosotros, pero desde ayer mejoró y llega hasta nuestras casas el agua”.

El proyecto AbE Chaco ha estado trabajando en conjunto con 10 comunidades para reducir la vulnerabilidad alimentaria y mitigar los efectos del cambio climático en la región del Chaco paraguayo. Como parte de esta iniciativa, en la comunidad de Sierra León, se apoyó la instalación de cañerías y un sistema de distribución basado en paneles solares. Estas mejoras han permitido llevar el agua corriente a cada uno de los hogares, terminando así con el peregrinar diario al que tenían que enfrentarse para acarrear agua desde el tajamar con el que contaban para abastecerse.

Además, esta mejora en el suministro de agua también facilitará el desarrollo de actividades agropecuarias y otras actividades económicas locales.

Nancy compartió emocionada: “Podemos tener huertas, plantas, de todo un poco. Cuando hay agua tenemos esperanza de todo”. Además, el presidente Jacinto Cabrera reveló los planes futuros de la comunidad: “Ahora lo que nosotros queremos son huertas y esperamos que cada familia pueda contar con tanques”.

La unión y colaboración de la comunidad fueron claves para el éxito del proyecto. Desde la instalación de las cañerías hasta el apoyo de ganaderos y voluntarios, todos aportaron su granito de arena para lograr este objetivo. Nancy destacó la importancia de mantener la fe y la unidad dentro de la comunidad: “Que no se rindan porque les dicen que no va a funcionar. Siempre tenemos que mantener la mente positiva, lo demás ya no importa. Siempre hay tropezones, pero por tropezar una vez no hay que quedarse donde se cayó, siempre debemos levantarnos de vuelta”.

Los esfuerzos de AbE Chaco no solo han llevado agua a Sierra León después de una larga espera de 12 años, sino que también demuestran cómo las iniciativas de adaptación basadas en ecosistemas pueden marcar una diferencia tangible en la vida de las comunidades más vulnerables. Con este logro, la comunidad chaqueña se siente esperanzada y fortalecida para enfrentar los desafíos relacionados con el cambio climático y construir un futuro más sostenible.

El Proyecto AbE Chaco es una iniciativa conjunta ejecutada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), con financiamiento del Fondo de Adaptación (Adaptation Fund).